La inclusión es un termino que da pie a conflicto y a un gran debate. Yo voy a comenzar diciendo lo que es para mi la inclusión. De acuerdo con el libro para mi la inclusión es la posibilidad de que todos y cada uno de nosotros este integrado en el aula y con posibilidad de aprender en igual de condiciones, hablando en el ámbito educativo. Una palabra clave que se puede utilizar en la definición de inclusión es la equidad, es decir, ser justos partiendo del principio de igualdad, dicho de otra manera, dar a cada uno lo que se merece.
Este libro enfoca el proceso de inclusión como si fuese un viaje, donde se van aprendiendo diferentes cosas y donde en el camino nos encontramos con problemas y dificultades, que habrá que resolver para poder llegar a la inclusión.
Me gustaría destacar el término que indica en el libro como la presencia, en la cual habla de el lugar donde los niños y niñas van a la escuela, la separación de ciertos niños y niñas con di(=)Capacidad. En mi opinión ciertos niños y niñas que presentan alguna dificultad para una asignatura o para interactuar veo de gran ayuda que en ciertos momentos del horario escolar refuercen a parte esa dificultad. No se tendría porque ver como exclusión siempre y cuando los profesores y profesoras lo hagan entender de una manera correcta. Explicándole a los niños y niñas cada uno tenemos nuestras debilidades como fortalezas. Aquellos niños y niñas que presentan alguna discapacidad y por lo tanto estén en otro aula, yo optaría por hacer talleres todos en conjunto de vez en cuando, con el objetivo de aprender unos de otros, al igual que se hacen con los talleres intergeneracionales.
A veces para llegar a la inclusión es necesario que todos pongamos nuestro granito de arena y como bien dice el libro para ganar algo a veces tenemos también que perder algo, es decir, que no solo pierdan y sufran siempre los mismos. Hay que mirar tus intereses, los intereses de la otra persona y encontrar por lo tanto unos intereses comunes.
En la vida y para poder comprender la inclusión hay que tener empatía, que es aquella actitud que nos ayuda a ponernos en la piel de la otra persona, y la empatía empieza en uno mismo. Creo que este libro hizo que me pusiese en el lugar de esa niña de 12 años que pedía más juegos en el patio, al igual que se puso la profesora de los profesores. Como dice este libro debemos escuchar a los niños y niñas, a veces creemos que lo que dicen no es de importancia, pero al contrario, al igual que los adultos los niños y niñas reclaman también lo que necesitan para satisfacer sus necesidades y por ello deben ser escuchados.
Por ahora no tengo ninguna experiencia personal para contar de exclusión o si la tengo aun no me he decantado de ella, pero este libro ha hecho que reflexione sobre la cantidad de niños y niñas que cada día se sienten excluidos y lo difícil que es estar con una autoestima positiva si te sientes excluido.
Para finalizar me gustaría destacar una frase del libro, dicha por Pablo Guerrero “siempre existe la posibilidad de lo posible”, en mi opinión si tu crees que algo es posible solo hay que luchar y esforzarse por conseguirlo, será un gran viaje lleno de dilemas y problemas que habrá que ir resolviendo.
Olaia López Tomé