“María y yo” es un libro basado en hechos reales, en el que se cuenta como se comporta una niña con autismo. Y como la gente actúa cuando ve a un niño con autismo.
El padre refleja una denuncia en el libro hacia todas esas personas que ponen miradas raras, cuando en este caso María grita, o tiene algún comportamiento inusual. A veces deberíamos ser más empáticos e intentar entender las situaciones de los demás antes de poner malas caras.
La vida de una persona con autismo es muy dura, puesto que a las limitaciones propias del autismo hay que sumarle en muchos casos los problemas de comportamiento, como le sucede a Maria de camino al avión cuando va gritando por el aeropuerto, o la hiperactividad…
Yo fui la entrenadora de gimnasia artística de una niña con autismo, integrada en un grupo de niñas sin ninguna discapacidad. Un grupo numeroso de niñas de cinco y siete años. Al principio me costo un poco porque tenía la clase descontrolada, pero esta situación hizo que me tuviese que informar más sobre el autismo y comencé a adaptar los entrenos. Las niñas incluida la que tenía autismo se divertían hasta que hubo un problema y tres de ellas empezaron a dejar de lado a la niña con autismo, decían que no paraba y tenia comportamientos raros. Mi actuación fue hablar con estas tres niñas y explicarles lo que pasaba, las niñas se quedaron sorprendidas e interesadas, los días consecutivos hice dinámicas en grupo para integrar a la niña con autismo, y pude observar como estas tres niñas ayudaban de manera desinteresada a esta. No hubo ningún problema más durante el año, y cada niña aportaba su granito de arena en hacer los entrenos divertidos y en un entorno satisfactorio.
De esta lectura he aprendido ciertos comportamientos autistas que desconocía, y que puedo llevarlos a la practica cuando este en un colegio. Vamos a tener que saber tratar con niños y niñas con autismo y adaptar las clases también a ellos. Por supuesto deberemos también saber hacer que este niño o niña con autismo este integrado de alguna forma en la clase. Los niños y niñas con autismo como dice el libro pueden tener dificultades para interactuar con otros o preferirían estar solos. Por lo tanto por poco que sea en mi opinión debemos hacer que se integren algo en la clase.
Debemos también saber hacer pictografías ya que es un recurso de gran ayuda para las personas con autismo. Podríamos tener un mural con los pictogramas más usados en clase como trabajar, recreo, comedor, meter , salir… Es una manera de integrar al niño o niña con autismo en el aula.
Mi opinión del libro es muy buena, es un libro que te hace reflexionar y pensar sobre lo que es tratar con niños y niñas con autismo y que lo más difícil es ver las miradas raras de los demás hacía estos niños y niñas. Y ver también las caras a veces de pena que ponen algunos cuando la gente que trata con estos niños y niñas están contentísimos e ilusionados de tenerlos a su lado.
Olaia López Tomé